Los lechones experimentan múltiples factores de estrés desde su nacimiento, incluyendo la manipulación/procedimientos (como el corte de rabos y la vacunación), las transiciones nutricionales y el estrés social derivado de la mezcla/transferencia... Se puede decir que el estrés está presente en todas partes.

El intestino/TGI tiene una potente multifunción: Digestión, absorción, patógenos, metabolismo, inmunidad y endocrino. Si la salud intestinal y su función se ven dañadas, todo el organismo se verá afectado.

El destete es un periodo de cambios significativos y estrés en la vida de los cerdos. El tracto gastrointestinal de los lechones destetados no está completamente desarrollado y el pH del estómago tiende a ser alto (a menudo superior a 5) debido a una combinación de secreción endógena deficiente de HCl, falta de ácido láctico procedente de la fermentación de la lactosa y la ingesta de comidas abundantes a intervalos poco frecuentes.

Los lechones tienen un sistema inmunitario inmaduro, lo que les hace muy dependientes de los anticuerpos maternos y reduce su capacidad de respuesta inmunitaria activa, lo que en conjunto aumenta significativamente su susceptibilidad, las tasas de infección y la mortalidad.

La diarrea bacteriana, causada por patógenos como E. coli y Salmonella, es común en lechones lactantes y destetados que sufren estrés o malas condiciones de higiene, lo que provoca deshidratación grave, mortalidad y pérdidas económicas.

Las micotoxinas son metabolitos secundarios tóxicos producidos por el moho. Hasta ahora se han identificado varios cientos de tipos de micotoxinas. Son una "amenaza invisible" en los piensos y pueden afectar significativamente al potencial de producción y causar muchas enfermedades.

Las granjas porcinas están constantemente expuestas al riesgo de virus, bacterias y parásitos. Estos pueden introducirse a través de las personas, los piensos, los vehículos o los animales, provocando brotes de enfermedades, pérdidas de producción y graves daños económicos. La bioseguridad es un escudo preventivo, más fácil y económico que tratar los brotes.

Las enfermedades respiratorias porcinas, causadas por patógenos como el PRRSV (virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino), el virus de la influenza, el circovirus, el micoplasma y las bacterias, provocan tos, dificultad para respirar, reducción del rendimiento del crecimiento y mortalidad. Desencadenadas por una combinación de exposición a patógenos, factores de estrés ambiental y prácticas de manejo, son especialmente frecuentes en cerdos en fase de crecimiento y acabado.

La ileítis, una enfermedad entérica porcina muy prevalente causada por Lawsonia intracellularis, suele presentar síntomas subclínicos, pero puede provocar diarrea, hemorragia intestinal y retraso en el crecimiento.

Las micotoxinas son metabolitos secundarios tóxicos producidos por el moho. Hasta ahora se han identificado varios cientos de tipos de micotoxinas. Son una “amenaza invisible” en los piensos y pueden afectar significativamente al potencial de producción y causar muchas enfermedades.

Las granjas porcinas están constantemente expuestas al riesgo de virus, bacterias y parásitos. Pueden introducirse a través de personas, piensos, vehículos o animales, provocando brotes de enfermedades, pérdidas de producción y graves daños económicos. La bioseguridad es una protección preventiva más fácil y económica que el tratamiento de los brotes.